lunes, septiembre 04, 2006

Como quiera dicen

El sábado pasado andaba por mi antiguo barrio del claret y me puse a recordar el comportamiento de mis vecinos. Entre ellos el que 1ero me vino a la mente fue él de máximo, él era un hombre de temperamento extraño. No saludaba a nadie en la calle, trataba en forma grosera a su esposa e hijos, y vivía tomando ron 25 horas diarias.

El último jumo que recuerdo le cogió con insultarnos a todos. También le entro a golpes a su mujer, y le dio una soberbia patada a una gata encinta. Esto motivó que uno de los gatitos naciera muerto (los gatitos no tuvieron suerte, el que nos dieron también murió, pero eso no viene al caso).

Los vecinos iniciaron el clásico comentario sobre las vagabunderías de máximo. Hasta la junta de vecinos sugirió que se enviara a una carta a los medios denunciando las trogloditeces del borrachín.

Ellos decían: Ese maldito hombre merece que lo fusilen. Cada vez que se da un jumo insulta a todos los civiles que le pasan por el lado. Pero desde que ve un militar se torna complaciente y la sonrisa no se le apea de la cara. La vida que ha llevado su mujer es algo digno de la pluma de Víctor Hugo, sin diversiones, sin ropa, amargada como un cajuil. Y él se mantiene el día entero bailando, bebiendo romo, haciendo escándalo, mientras su familia pasa las de Caín. El hijo mayor tiene una tronera en un pantalón, por la cual se le ve hasta lo que uno ni le importa.

Pero me dijo una vecina que la mano de un poder superior tocó su alma. Y de repente el hombre libertino adquirió sobriedad en el beber, moderación y cortesía en su trato con los vecinos y dulzura y comprensión para con su mujer e hijos.

Se mantiene todas las horas que no esta laborando en la oficina metido en la casa. Y hasta ayuda a su esposa a fregar los platos y a preparar uno que otros sancochito.

Pero para que ustedes vean que como quiera dicen, los demás solo opinaban esto: “El maldito máximo ha dejado de ser hombre de un día para otro. Antes se daba su traguitos de vez en cuando, y la mujer no se atrevía a protestar. Pero ahora se mantiene como alelado en la casa, y la mujer alelado en la casa, y la mujer lo pone a cocinar y a fregar. Ha demostrado que no tiene los forros bien puestos, porque el otro día mí compare Alfredo tenia un jumo de película y lo insulto. Máximo se quedo como si no fuera con el. Además de apleplao es cobarde el maldito. La mujer le esta pegando, y el sinvergüenza no le dice nada por no ofenderla. Gente así debía morirse, porque lo único que hacen es consumir oxigeno de la misma atmósfera que respiramos los hombres de pelo en pecho”.

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